ESTAR PRESENTE AQUÍ Y
AHORA
Por: jeanne de salzmann
Por: jeanne de salzmann
¿Qué significa estar
presente, estar aquí, ahora?
Lo pienso.
Tengo la sensación de
esto.
Lo siento.
Los tres centros
están presentes con la misma fuerza, con una intensidad que viene del mismo
grado de actividad.
Lo siento como una
energía que circula más libremente entre ellos y que no es retenida más en uno
que en otro.
Esa energía es
voluntariamente alimentada por esas tres partes hacia una misma dirección.
Hay una dirección
común que conlleva la posibilidad de una acción consciente en la cual el
impulso viene de los tres centros al mismo tiempo.
Quiero conocer con
todas las partes de mí mismo.
Para estar presente a
mí mismo, debo comprender cómo trabaja mi mente, comprender que la función del
pensamiento es situar y explicar, pero no vivir la experiencia.
Ese pensamiento está
hecho de saber, de conocimientos acumulados que se presentan bajo la forma de
imagenes y asociaciones.
Captura la
experiencia para hacerla entrar en las categorías de lo conocido.
SI SE CALLARA………
Si se callara podría
ver algo nuevo.
Pero en cuanto
interviene, transforma inmediatamente esa experiencia en algo antiguo, en algo
que ya fue objeto de una experiencia.
La imagen despierta
en mí una reacción inmediata.
Y entonces siempre se
repite la misma cosa.
Nunca algo nuevo.
¿Puedo decir hoy que
sé lo que yo soy?
¿Me permite la
actitud de mi mente abordar realmente esa pregunta?
Es más importante de
lo que pienso.
¿Estoy convencido de
mi ignorancia y de la inutilidad de todo lo que creo saber?
Incluso si lo digo,
no lo siento realmente.
Me gusta mi saber.
Siempre quiero
aportar una respuesta o llegar a una conclusión.
Estoy condicionado
por eso.
Todo lo que conozco,
lo que sé, condiciona mi mente y limita mi percepción.
Todo lo que conozco,
lo que sé, es una masa de memorias, de recuerdos, que me empuja a acumular, a
repetir experiencias de la misma índole.
Necesito ver que mi
mente siempre es movilizada por las exigencias del yo ordinario, por sus
asociaciones, por sus reacciones.
Eso la corrompe.
Un pensamiento
movilizado por las asociaciones no es libre, no está libre en su movimiento.
Los trayectos que
atraviesa están llenos de obstáculos, de barreras, bajo formas de imágenes,
ideas fijas o experiencias.
Inmovilizan o cambian
el curso del pensamiento, otorgándole la impresión de una continuidad.
Pero la continuidad
no está en el material que ocupa el pensamiento.
Está en la energía
misma.
El hecho de creer en
ese material mantiene esa energía presa en el círculo de los pensamientos.
Pierde toda movilidad
y agudeza.
Se vuelve cada vez
más débil y el pensamiento se vuelve pequeño y obtuso.
Percibimos esto a
través de las tensiones constantes de la cabeza, de la cara y del cuello.
Mi pensamiento está
sometido al yo ordinario.
Esto es lo que impide
que la mente esté tranquila.
SINO QUE LA
COMPRENDA………
Sin embargo, su
apaciguamiento no vendrá de que yo me retire de mi mente, sino de que la
comprenda.
No vendrá de una
lucha contra ese hecho.
Ella no me llevará a
la liberación.
Sólo viéndolo me
puedo liberar de ese condicionamiento.
No es ignorándolo o
negándolo que alcanzaré a liberarme.
Sólo crearé un nuevo
condicionamiento.
Asimismo, necesito
ver que la mente es el centro de mi yo ordinario, del ego.
Ese yo busca la
seguridad.
TIENE MIEDO………
Tiene miedo y se
identifica para encontrar esa seguridad; es una batalla perpetua.
Toda mi conciencia
habitual consiste en juzgar, condenar, aceptar o rechazar.
Eso no es realmente
la conciencia.
En ese estado, sin la
TRANQUILIDAD de la mente, nada real me podrá ser revelado.
jeanne de salzmann
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